17 de octubre de 2017

el neoliberalismo procapitalista y la estructura demográfica

Estoy oyendo en la radio a alguien comentando que "hemos abandonado el campo" y hemos "huido a las ciudades".

Y se me ocurren mil y una razones:


  • la telefonía: en las ciudades tenemos cobertura prácticamente universal, en el campo no.  Hay muchos sitios en donde es el usuario el que tiene que pagar gran parte de la infraestructura si quiere tener acceso. Y ese es un problema legal: Si las leyes obligaran a las operadoras a prestar servicio a TODO el mundo en igualdad de condiciones, igual los urbanitas tendríamos que pagar más, pero habría un aliciente menos para abandonar el campo.
  • Internet: tres cuartos de lo mismo. En la ciudad tenemos cobertura de calidad, salte de la ciudad, e Internet móvil va a pedales, si es que llega.
  • servicio postal: cada vez hay menos carteros, etc.
  • los bancos y cajas. Si el actual sistema obliga prácticamente a tener cuenta bancaria, incluso para cobrar un subsidio miserable te obligan a abrir una cuenta en el momento de pedirlo, aunque luego tardes un año y medio en cobrarlo, no es de recibo permitir al sistema bancario abandonar los pueblos. Y no es imposible: clasifica los pueblos por habitantes, y a continuación asigna cupos, según resultados anuales brutos.  Y sin no da para tener oficina abierta todos los días, pues que abran varios días, y que en los días en que no abran, en el pueblo vecino sí estén abiertos. 
  • la sanidad: lo mismo, debería haber servicios de salud garantizados dentro de un radio de 2 km, o un servicio de autobús diario, con horario adaptado al centro de salud y a los horarios de atención.
  • oferta cultural: no hace falta tener teatro, sala de conciertos, etc. en cada pueblo, si hay una televisión de calidad que ofrezca las producciones que se ven en teatros y salas de las grandes ciudades.
  • actividades de ocio para los jóvenes
  • precios justos para los productos del campo. Si los productores de leche se plantan con precios mínimos, los castigan, pero si las lecheras imponen precios por debajo de costes, o los condenan a la pobreza, lo llaman libre competencia.
  • etc., etc.
La libertad de los urbanitas no debe basarse en la esclavitud de la población rural, pero de facto es lo que está sucediendo.

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