22 de marzo de 2024

Imagina un barrio que huele bien

Todo empezó mucho más pequeño. Empezó con un mensaje que me envió Patricia quejándose de una mierda humana, con sus correspondientes papelitos, que alguien plantó entre dos coches aparcados casi a la puerta de su casa. (Es que organizo junto con Pepe y la AV las charlas y talleres de Salud Mental).

Como estábamos a día 20, y la mierdecilla, cada vez más pestilente, llevaba dos días ahí (no baldearon hasta el día 21), pensé, pensamos, que algo había que hacer, aparte de quejarse al ayuntamiento.

Y es que el problema de las deposiciones humanas y perrunas en el barrio, y especialmente en el centro histórico, se multiplican por mucho en Fallas. Con tantas calles cortadas y en ausencia de suficientes inodoros portátiles, con tantos puestos callejeros vendiendo comida y bebida, es casi inevitable que calles y fachadas sufran las consecuencias de tanta incontinencia humana. 

Primero pensamos en recoger firmas y plantearle al ayuntamiento las malas experiencias de los vecinos. Pero mientras le daba vueltas a la idea de cómo conseguir que nuestros vecinos de barrio se animen a mover el culo y hagan algo además de quejarse a todo el mundo, menos a los responsables, caí en que igual era una empresa inútil. 

No por nada, sino porque la Asociación Vecinal a la que pertenezco y en cuya junta estoy ya montó una campaña de recogida de instancias hace un tiempo para quejarse del ruido y la suciedad de las terrazas, y sirvió de bien poco. 

Así que me puse a repasar lo que tenía estudiado de un curso de lanzamientos para copywriting, terminé las lecciones que me quedaban por estudiar, y me puse a pensar cómo aplicar todo eso a un lanzamiento de algo tan intangible como es una queja. 

Y dándole vueltas, y comentando el tema de los malos olores en el barrio, que son algo que algunos más y otros menos (y yo menos aún, porque sigo sin recuperar el olfato después de que me quitaran los pólipos en 2019, y antes ya apenas me quedaban facultades olfativas desde más o menos 2015) llegué a una conclusión: de poco sirve lanzar una queja puntual cuando hay un problema general.

Y el problema general es ese: que en Benimaclet, y especialmente en el centro histórico, abundan los rincones usados por cierta gente como retretes. No solo por varones. Algún vecino nos ha comentado cómo se encontró al asomarse una madrugada a gente cagando y/o meando debajo de su balcón, y esa vez no eran varones. Les habían despertado sus voces, porque de noche se oye todo lo que pasa en la calle.

Cuando lo he comentado, alguna gente me ha dicho que la cosa no tiene remedio. Pero pienso que sí se puede:

  • aprendimos a usar el cinturón de seguridad en el coche, incluso en los asientos traseros
  • aprendimos a llevar sillitas especiales para niños en lugar de llevarlos en brazos o atados de cualquier manera al asiento
  • aprendimos a no fumar en los bares
  • aprendimos a no escupir en los bares ni autobuses
  • incluso estamos aprendiendo a llevar mascarilla cuando estamos resfriados

De modo que, recordando la canción de Lennon, pienso que debemos atrevernos a soñar con un barrio que ya nunca huela a retrete. O, como me decía una vecina, a alcantarilla cada vez que hace poniente. Porque eso ya es tema del ayuntamiento: del mantenimiento de las alcantarillas y del baldeo para evitar que la suciedad se "compacte".

 


Próximamente comentaré el tema del "todo gratis" y de las subvenciones. Y del modelo anglosajón y germánico. 

Porque mi "tema" favorito es la economía. Sí, a pesar de haber estudiado pedagogía y dedicarme profesionalmente a la traducción (ahora, y desde hace casi 30 años). Cuando hacía bachiller y COU iba para economista. Eso quería mi padre, y yo también. Acabé estudiando pedagogía. Estudios que me vinieron bien: para mi actividad como profe de alemán, para mi actividad como secretaria de dirección y ahora, a veces, para mi actividad como traductora jurada. Pero la economía ha seguido siendo uno de mis temas favoritos, en especial la economía política y los temas de energía y ecología. Y la economía está muy relacionada con los temas del ruido y de los malos olores.

10 de enero de 2024

Gentrificación en Benimaclet

 

Fuente: eldiario.es
 En Benimaclet, el barrio en el que vivo desde hace más de 30 años, llevamos casi tantos con un PAI que nunca, ni durante los años "dorados" de la burbuja inmobiliaria, se llevó a término.

El resultado fue que el barrio ha convivido durante todo este tiempo con unos terrenos arrancados a la huerta y por tanto "abandonados" que han servido para dar solución a la enorme falta de aparcamientos, a convertir algún hueco en vertedero, y en general a permitir la proliferación de ratas y demás huéspedes de campo y ciudad en parte de ellos.

Y la proliferación de ratas y demás huéspedes de campo y ciudad se lo debemos al ayuntamiento, es decir, a Rita Barberá como alcadesa y luego al nuevo equipo de Ribó, incapaz de enfrentarse al lobby inmobiliario, ya que el PSOE actuaba de "topo"  del lobby.

Porque hay ordenanzas que obligan al dueño del solar a mantenerlo limpio y vallado (salvo que se destine a usos públicos, como puede ser aparcamientos). Pero ni los propietarios lo hicieron, ni el ayuntamiento les obligó. Y si el ayuntamiento no consigue obligar al propietario, debe hacerlo él y pasarle la factura al propietario. 

Nada de eso se hizo. Y si parte de los solares se han usado como aparcamiento espontáneo, no ha sido porque el propietario o el ayuntamiento los haya acondicionado como tal. Los coches conviven con las ratas atrevidas que consiguen escapar a ser atropelladas.

Porque gran parte del barrio es fruto de la construcción apresurada de viviendas baratas en los años 60 y primeros 70 del siglo pasado. Casas levantadas apresuradamente para albergar a la emigración nacional, del pueblo a la ciudad, del interior a las ciudades del Levante. Trabajadores con sus familias venidos de Galicia, de Castilla, de Extremadura, de Andalucía, etc. Nadie pensaba que esa población tuviera o necesitara una plaza de garaje para el coche.

Hoy día en cambio prácticamente es imposible acceder a un trabajo medianamente digno si no tienes vehículo, preferentemente coche. Eso significa muchas veces incluso dos o tres vehículos por familia de "currantes" salvo que vivan en alguna zona medianamente bien comunicada y puedan acceder al trabajo en transporte público. Las casas que se han construido luego no tiene plaza de garaje para tanto coche.

Parece que ahora el PAI ya ni depende del mercado de la vivienda como bien de primera necesidad, sino de los mercados financieros. No hay otra explicación para que el PAI de Benimaclet siga adelante. 

Me cuentan los amigos de lamataobras que a nivel internacional están moviendo Valencia para atraer capital extranjero. Que si no, no se explica que el NYT ponga como destino favorito Valencia.

Y es que ninguna persona con una nómina "normal", ni siquiera una familia con una nómina normal va a poder acceder a estas viviendas. No a los precios que se están pidiendo.

Os comparto una pequeña conversación que he tenido con ChatGPT con una simulación: Con una renta de 16.000 euros anuales sólo puedes aspirar a una hipoteca de menos de 20.000 euros, a treinta años y con un interés del 2%. Y con una renta de 35.000 euros anuales (uno o dos sueldos), a una hipoteca de unos 42.000 euros.