3 de septiembre de 2023

otra inmigración es posible, 4

 La peor cara de Europa con los migrantes

Macrocampamentos en Grecia, jaulas en Bulgaria, prisiones flotantes en Reino Unido. El Viejo Continente exhibe grietas en sus políticas migratorias y su apoyo económico a países que torturan lo pone ante el espejo

Fuente: El País, 3 de septiembre de 2023 

Los europeos de hoy somos herederos de los europeos de ayer, y de los tiempos anteriores. Los gobiernos de nuestros estados son herederos de los gobiernos anteriores, y por ende, nuestros estados lo son igualmente.

Cuando muere una persona y deja una herencia, los herederos pueden quedarse con sus bienes, a cambio de quedarse también de sus deudas. Si no quiere hacerse cargo de las deudas, no puede tampoco recibir los bienes, es decir, tiene que renunciar a la herencia.

En cambio, como europeos, como estados europeos, hemos heredado los bienes acaparados por nuestros estados, y por ende también por nosotros en tanto que beneficiarios de nuestros estados, durante el período colonial. Pero no queremos aceptar las deudas. 

Nos hemos quedado con el acceso a sus riquezas a través de las compañías mercantiles radicadas en nuestros estados, pero nos negamos a acoger a las víctimas de los sistemas injustos que posibilitan que sigamos teniendo acceso privilegiado a sus riquezas. Los sistemas son injustos gracias a un doble mecanismo: precios injustamente bajos, que no tienen en cuenta el coste real en términos de contaminación y de explotación de mano de obra, y por otra parte, mantenimiento de regímenes injustos y represivos, necesarios para asegurar una mano de obra a bajo precio y el acceso a sus riquezas por parte de compañías extranjeras, en unos estados que no proveen apenas unos niveles mínimos de bienestar a sus ciudadanos: sanidad, previsión social, higiene, etc.

Estamos manteniendo un sistema poscolonial igualmente injusto cuando "exportamos" nuestra basura. En lugar de cuestionar un sistema económico basado en el consumismo obsesivo y que usa y abusa de la obsolescencia programada, exportamos la basura generada así a los países más pobres y/o con regímenes más dictatoriales, a cambio de pagos irrisorios. Pagos destinados únicamente a mantener las estructuras represivas necesarias para que la población que recibe dicha basura no se amotine y rueden las cabezas de los represores.


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