22 de septiembre de 2019

Denuncia del ICIJ: ampliación de plazos en Luxemburgo

Luxemburgo se queda aún más rezagado con respecto a las normas de la UE en materia de lucha contra el blanqueo de capitales, ya que las empresas no revelan la propiedad - ICIJ

Reportaje de Douglas Dalby


Luxemburgo ha aprobado un nuevo plazo para que las sociedades registren los datos de sus beneficiarios efectivos después de que el 53% de las entidades afectadas no lo hayan hecho en el plazo inicial.

Más de 68.000 empresas no habían proporcionado la información requerida antes de la fecha límite del 31 de agosto y ahora se les han concedido otros tres meses, según el Luxembourg Times1. El incumplimiento puede dar lugar a multas que oscilan entre 1.370 (1.250 euros) y 1,37 millones de dólares (1,25 millones de euros).

17 de septiembre de 2019

cinco años - treinta y nueve años

Hace un rato oía en la radio unas cifras que me parecen contundentes:
  • en cinco años de "reinado" de Felipe VI, ha habido siete rondas de entrevistas previas a la investidura 
  • en treinta y nueve años de "reinado" de Juan Carlos I hubo diez rondas de entrevistas previas a la investidura 
Yo diría que el motivo es obvio: En el segundo caso había 2 actores principales, y dos comodines; hoy por hoy hay cinco, hace tres años había cuatro, y uno de los comodines ya no es comodín, sino "la mona" (juego que en alemán es "der Schwarze Peter" y todo el mundo conoce).

¿Cuál es la alternativa? ¿Volver al bipartidismo? Creo que salvo los dos beneficiarios (en forma de reparto de cargos, tanto desde el gobierno como desde la oposición) nadie lo quiere, al menos no el ciudadano de a pie, harto de los años luz que le separan de las decisiones "de los de arriba".

La reforma cosmética tampoco sirve, porque ya hemos visto que no se puede gobernar "contra" el parlamento, puesto que la oposición siempre encuentra formas de torpedear la acción gubernamental, como vimos con el bloqueo sistemático de las propuestas del gobierno del PSOE por parte de una mesa del congreso presidida por Ana Pastor y con mayoría de derechas. Y los ciudadanos también hemos visto como el parlamento tumbaba ILP (iniciativas legislativas populares) con más de medio millón de firmas (lo que ya en sí mismo es una barbaridad y un escollo importante a la participación popular).

¿Qué es lo que están proponiendo los actores principales para salir de este embrollo? Pues, parece que nada o poco más que nada. Parece que para ellos esto no es un embrollo, sino simplemente una leve incomodidad pasajera. Porque sus sueldos de diputados o ministros en funciones los tienen asegurados. Quizá deberíamos rebajarles el sueldo al salario mínimo cuando estén en funciones. o en los períodos entre elecciones e investidura. Para que sufrieran en sus propias carnes lo que sufren millones de conciudadanos.








11 de septiembre de 2019

gobierno monocolor, sociedad plural

Queda poco tiempo ya para que los partidos decidan (todos, no sólo el PSOE y Podemos) que los ciudadanos debemos volver a votar, ya que no hemos votado lo que ellos quieren, cada uno de ellos lo suyo, claro.

No está escrito en ninguna parte que los partidos que no tienen suficientes votos para gobernar, solos o en coalición, pongan zancadillas en forma de NO a quienes sí pueden tener una mayoría, aunque sea precaria. Es decir, que si volvemos a tener que votar, IGUAL RESPONSABILIDAD TIENEN QUIENES VOTAN NO que quienes no consiguen alcanzar una mayoría suficiente.

Houston, tenemos un problema

En este caso Houston es España, concretamente nuestras leyes. El sistema de formación de gobierno estaba claramente diseñado, como vemos ahora, para un sistema bipartidista, que además venía a ser la reproducción de los frentes previos al franquismo. Y el reconocimiento del PC en su momento se revela como una hábil maniobra para dividir al frente opositor, las llamadas izquierdas (rojos, comunistas, en la jerga de la derecha española, metiendo a todos en un mismo saco).

El hecho es que vivimos en una sociedad de masas, e inevitablemente, en una sociedad plural. Pluralidad que se plasma en una pluralidad de partidos. Y los poderes fácticos se aprovechan. Llevamos años con gobiernos precarios, pero que aplican, quieran o no, políticas económicas a favor de los poderes fácticos, en contra de los intereses de la mayoría de la población y en favor de los de una minoría. Una minoría que se va ampliando lenta pero inexorablemente, y que, consciente de a quién debe su enriquecimiento, colabora más que activamente con los poderes fácticos de siempre.

La reforma legislativa que cambie la forma de constituir un gobierno es urgente, pero, de momento, no se le ve el plumero. Una de las consecuencias de décadas de incultura y deseducación política es la falta de conciencia política y espíritu crítico de la gran mayoría de los votantes. En realidad sucede como con la tele: no exigimos contenidos de calidad, sino que tragamos lo que nos echen. Y en política, no exigimos acciones y medidas concretas, sino que elegimos lo que tienen a bien ofrecernos. Y como la mala publicidad, nos ofrecen cosas para seducirnos, y acabamos recibiendo lo que les interesa. Es como las "uvas muy dulces" que compré el otro día, y que de dulces no tienen nada, pero pagué por ellas, y ahora me las como, porque tampoco es cuestión de tirarlas.

Houston, tenemos otro problema más


Y es que parece que nuestros políticos no quieran comprender que estamos en una sociedad plural, y que tienen que gobernar para todos, y que esto es una democracia, y que no es suficiente con gobernar, tienes que convencer, si quieres implantar políticas a largo plazo.

Suponiendo que los votantes del PSOE sean de izquierdas, que ya es mucho suponer, NO ES VERDAD que España sea mayoritariamente de izquierdas. Y por mucha mayoría que tenga, esa mayoría representa una fracción de la sociedad, no su totalidad. Cualquier política que quiera alterar el actual estado de cosas, necesariamente tendrá beneficiarios y perjudicados. Y lo que especialmente en Podemos parecen ignorar es que no puedes "pasar" de los perjudicados, especialmente si éstos son muy poderosos. En una legislatura no se pueden revertir la totalidad de políticas económicas de unas pocas o muchas legislaturas anteriores. Eso significa que el número potencial de perjudicados, aunque sea en sus expectativas, puede ser inmenso. Es decir, que si se descuidan, en caso de que lleguen a ponerse de acuerdo y formen gobierno, puede que ni agoten la legislatura, y pierdan las siguientes elecciones, aunque sea porque sus votantes se quedan en casa.

Cualquier partido de gobierno de izquierdas en España, en este momento, tiene que dedicar un ingente esfuerzo explicativo, para conseguir la complicidad (la paciencia y la comprensión) de sus votantes, e incluso de quienes no les han votado, pero acaban entendiendo la bondad o necesidad de sus acciones. Y digo partido, porque lo que no debe hacer es lo que ha hecho el PP siempre que estaba en el poder: aprovechar el poder institucional para hacer propaganda de partido, en suma, propaganda electoral permanente, en alegre connivencia con los grandes medios de comunicación, financiados por los poderes fácticos, mayormente vía publicidad y patrocinios. Y mientras los partidos sean empresas, formadas por accionistas militantes y gestores a sueldo, vamos mal. Los gestores miran en primer lugar por matener su puesto de trabajo, o incluso en acrecentar su poder, y los accionistas se dedican a acudir a las asambleas anuales, cobrar los dividendos y poco más. Mientras los partidos de masas no sean masas de militantes, en el mejor sentido de la palabra, será el dinero quien determine cuál es la empresa más fuerte: la que más invierta en publicidad (aunque sea robando, como ha venido haciendo el PP, al contribuyente, a las empresas, a las arcas públicas, etc.).

27 de agosto de 2019

lectura recomendada

En la página de Attac-Valencia he tenido acceso a un interesante artículo sobre Africa y la inmigración ilegal. El autor es un economista africano, que pone en relación directa la globalización y la "migración económica": Neoliberalismo y Migración: una visión desde África"

Reproduzco una cita que reproduce el artículo:

El vínculo entre la liberalización del comercio y la migración desesperada no lo olvidó el ex presidente de Ghana, John Mahama. Declaró durante la Asamblea General de la ONU de 2016: “Algunos de los jóvenes africanos que se arriesgan a cruzar el desierto y el mar Mediterráneo para llegar a Europa desde mi país son jóvenes avicultores u otros empresarios que venden sus tiendas y emprenden el viaje porque ya no pueden competir con las toneladas de pollo congelado que se vierten anualmente en los mercados africanos”.
Pienso que es una lectura recomendable para contrarrestar todos esos mensajes xenófobos y populistas con que nos bombardean las derechas desde la mayoría de los medios "constructores de opinión" (llamados "de comunicación").

26 de agosto de 2019

¿por encima de nuestras posibilidades?

Navegando por la red me encontré con una reflexión que en realidad es de lo más obvia: si alguien se endeuda por encima de sus posibilidades, alguien también está prestando por encima de sus posibilidades.

Y cualquier persona con tres dedos de frente lo sabe: uno no presta dinero que necesita o necesitará, y menos a amigos, porque siempre existe el riesgo de que el deudor no pueda devolverlo (o si es un caradura o un timador profesional, no quiera hacerlo). Prestarlo es cuestión de confianza. Recuerdo el préstamo más raro que he hecho en mi vida: a una vecina de rellano, que llevaba viviendo de alquiler medio año o poco más, y a la que saludaba y poco más. Y una noche llama a mi puerta y me pide prestados cincuenta euros. Me dijo que me los devolvería a las dos semanas, cuando cobrara. Alguna vez habíamos hablado, pero nunca estuve en su casa, ni ella en la mía. Algo me había contado de su pasado profesional en su país (no recuerdo si Bolivia o Colombia) en esas conversaciones de calle o de escalera. Cuando me pidió el dinero no quise preguntar para qué lo necesitaba, pensé que si quisiera decírmelo me lo habría dicho. También pensé que si recurría a mí era porque pensaba que yo podía ayudarla. Y se lo presté. Y a las dos semanas, puntualmente, me devolvió el dinero prestado. También he prestado dinero, y bastante más, a gente que no me lo ha devuelto. Alguno por cara dura, otro, me temo, por cuentista. Y he tenido que renunciar a vacaciones, o a comprarme una tele de plasma, o hacer algún viaje chulo. Pero, al fin y al cabo, eso son extras. Si fuera un banco o una empresa, serían beneficios extraordinarios, no mis recursos o los de mis clientes.

Otra de las cosas indignantes es cuando hablan de las deudas de las familias, y resulta que en las familias entra de todo: tanto las millonarias como las paupérrimas. De modo que el que las familias se endeuden o dejen de endeudar, en términos globales, no dice nada. Recupero aquí un artículo de J.C. Díez, de 2013, en el que afirmaba que "la mitad de las familias españolas tiene cero deuda". La deuda estaba, entonces, básicamente en manos de promotores. ¿Quién prestó a promotores? Los bancos. ¿Y por qué? Como diría Mota: por avaricia. Porque desde la crisis de los tulipanes, cualquier banquero debería saber que las burbujas revientan. Y que por muy de necesidad que sean las viviendas, al contrario que los tulipanes, una burbuja es una burbuja. Siempre hay un listo que piensa "tonto el último". Y, por desgracia, el último siempre es el contribuyente, y además, el contribuyente pobre. (Porque resulta que la dación en pago, que se niega a las familias pobres, se aceptó a los promotores).  Siempre lo fue, ahora el mecanismo es el IVA, y luego el IRPF. Porque lo más fácil y cómodo es subir el IVA. Para el millonario, el aumento del IVA de su comida, la electricidad, el agua y el transporte de su persona no significan gran cosa. Con un poco de suerte además, no las paga él, sino la empresa (como hemos visto en el caso Noos, y veríamos en otros muchos, si pudiéramos tener acceso a sus cuentas, también vimos en la Comunidad Valenciana como desde la caja fija de alguna que otra administración se pagaban las facturas del supermercado). Pero para un parado de larga duración al que se le ha acabado la prestación regular, que se ha comido los ahorros y la indemnización y que nunca podrá volver a ahorrar, el 21% de sus ingresos es muchísimo dinero. Dinero que se quita de una comida de calidad, incluso de gastos necesarios como son los del dentista, de ortopedia, de unas gafas decentes, etc.

Luego está el tema de la evasión fiscal y la economía sumergida. Es evidente que el parado de larga duración que aún puede trabajar y no tiene ayudas o no suficientes, no vive del aire, ni es un ladrón, porque si no, no podríamos salir a la calle. Pero, en realidad, vive en un estado de esclavitud,ya que se ve obligado a vivir en la ilegalidad de la economía sumergida, y no por gusto o afición, sino por necesidad. Con lo cual no tiene ningún tipo de derecho laboral, no puede reclamar ninguna tropelía de la que es víctima, ya que entonces pondría de manifiesto su situación ilegal. No está de moda, y la prensa no es que abunde en el tema, pero de vez en cuando nos enteramos. Reproduzco aquí un fragmento de un artículo sobre la evasión fiscal, de 2014.
casi las tres cuartas partes de la evasión fiscal de nuestro país se localiza en las 41.582 empresas de mayor tamaño, mientras que las pequeñas empresas -1.379.961 sociedades que representan el 97 % del tejido empresarial español- tan solo son responsables del 17 % del fraude fiscal total. Por su parte el colectivo de autónomos, que agrupa a más de tres millones de trabajadores por cuenta propia, aportó únicamente un 8,6 % del fraude en nuestro país a lo largo de este último período.

¿Qué están proponiendo los políticos de los partidos mayoritarios frente a estos hechos y circunstancias? NADA. La primera medida que deberían proponer es reforzar la inspección fiscal de los grandes defraudadores, tapar los agujeros legales que permiten la elusión y la evasión fiscal, y acabar con la impunidad del gran fraude fiscal. Y por otro lado, buscar formas de atajar la economía sumergida, pero no persiguiendo a los pequeños defraudadores, sino dándoles los recursos para impedir que la economía sumergida sea la única alternativa de subsistencia.

30 de mayo de 2019

tras las elecciones, en general

En lugar de golpearse el pecho con lo guay que es "nuestra democracia" muchos politicos y opinólogos podrían ponerse a pensar cómo mejorarla. La prescripción de los delitos cometidos o permitidos por políticos en el ejercicio del cargo, el permitir que los imputados se presenten a cargos públicos mientras están imputados, todo ello promueve la desafección de los ciudadanos a la hora de votar, y los convierte en fáciles víctimas o cómplices de populistas y delincuentes.

Por otro lado, los políticos, tanto los que ejercen cargos de gobierno como los que ejercen la oposición se deben a LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO, ES DECIR, A TODOS LOS CIUDADANOS. Gobernar sólo para sus votantes es CLIENTELISMO de la más baja estofa, sea de izquierdas o de derechas. 
"Los ciudadanos han dicho" ... Los ciudadanos han votado diversas opciones, cada cual tiene sus motivos, y salvo que sean brujos y brujas y tengan una bola de cristal, los políticos NO PUEDEN CONOCER las motivaciones de los votantes, sólo intuirlas. Si son inteligentes igual aciertan, pero sólo quizá. Y, repito, su obligación es pensar en TODOS, no sólo en sus votantes. Evidentemente, cuantos más votos hayan recibido, más probable es que sus votantes compartan su visión de los problemas y las soluciones que proponen. Pero si bien votar puede ser un acto egoista, ejercer la política obliga a estar por encima de los intereses propios y de los de sus votantes. No hay nada menos democrático que las políticas del "rodillo" institucional, sean parlamentos nacionales, autonómicos o corporaciones locales.

Evidentemente las soluciones propuestas por los diversos partidos y grupos políticos son diferentes, pero quienes descuidan el bien común sólo merecen desprecio, estén en el gobierno o estén en la oposición.

La precariedad favorece la economía sumergida y la explotación, la desigualdad extrema favorece las "salidas imaginativas" al margen de la legalidad y abona el terreno para la captación de los excluidos por parte de la delincuencia organizada, tanto como víctimas como en tanto que cómplices y ejecutores.

21 de mayo de 2019

la juventud de algunos diputados

Estoy oyendo en la radio comentarios acerca de la juventud de algunas diputadas (porque hoy las dos secretarias de la mesa de edad son mujeres) y pienso que ello es consecuencia de la poca oportunidad de participación política de la ciudadanía. Prácticamente no hay espacios para la participación política institucional en las grandes ciudades, si no eres miembro de un partido. Y como en los partidos tradicionales los primeros puestos suelen ir ligados a la antigüedad, entre otros factores, es más frecuente ver a los diputados jóvenes en los nuevos partidos.

Pienso que si hubiera más espacios de participación política efectiva, habría más ciudadanos participando activamente y nos encontraríamos menos políticos profesionales mediocres en las instituciones.

Me comentaba mi madre que en los grandes partidos alemanes no entras en las listas si no puedes pagar al menos 10.000 euros. No entendí si se refería a pagarlos, o a gastarlos. Porque para darse a conocer entre los miembros de un partido necesitas también invertir tiempo y publicidad.

La precariedad y las jornadas laborales absurdas son uno de los grandes obstáculos a la participación ciudadana en la política. Especialmente para los ciudadanos con menor renta y titulación. Cierto que se puede tener una cierta preparación al margen del mundo académico, de hecho los partidos y los sindicatos suelen dedicar recursos a la formación. Pero también es cierto que no son recursos a disposición de la gran mayoría de ciudadanos, sino más bien a disposición de quienes más cerca están de ellos: familiares y empleados.

Los colegios e institutos, que son el primer agente educativo, no dedican apenas ninguna atención o recurso a la educación política. Los delegados de clase, cuando los hay, suelen cumplir alguna función burocrática, pero no tienen realmente, por regla general, ningún poder de interlocución o representación. Las preferencias de los alumnos no tienen ninguna relevancia: ni en cuanto al curriculum, ni en cuanto a asuntos extracurriculares: excursiones, calidad de la comida, descansos, utilización de las infraestructuras del centro fuera del horario escolar, etc. De modo que cumplen la mayoría de edad sin haber tenido ninguna experiencia en cuanto a delegar poder de representación y pedir rendición de cuentas.

Tampoco suelen recibir ningún tipo de educación sobre las instituciones de la vida civil: ayuntamientos, juntas de distrito en las grandes ciudades, parlamentos autonómicos, parlamentos nacionales, otras instituciones como la justicia o los distintos niveles de la administración. Ni sobre aspectos fundamentales en la vida adulta como son los ámbitos laboral, fiscal, comunitario, interpersonal, educación de los hijos, etc.

¿De dónde están saliendo los nuevos diputados y diputadas? Pues del más puro activismo puro y duro, de la PAH, del 15M, de partidos radicales de diversos pelajes .... y pocos espacios se les ofrecen fuera de las grandes instituciones. Pienso, y es una hipótesis, que si hubiera más espacios de participación política efectiva en niveles de menor peso, los ciudadanos podrían tener una cierta carrera política compatible con una vida laboral y una vida familiar, y que los más aptos y mejores podrían dar el salto a niveles de más peso llegando con una mayor experiencia y mejores conocimientos de la realidad ciudadana.

Y por otro lado, como sociedad civil, dependeríamos menos de los aparatos de los partidos, porque tendríamos ciudadanos mejor preparados para una representación directa en los niveles de decisión más cercanos. Creo que estamos viendo a mucha gente joven y menos joven apostando por soluciones al margen de los partidos tradicionales, viendo lo lastrados que están por prácticas poco edificantes (dependencia de bancos, vinculación con los grandes poderes económicos, sumisión a las fórmulas ofrecidas por los lobbies con mayor poder económico, etc.). Y que eso explica la irrupción de los nuevos partidos. Al menos por el lado de la izquierda.

2 de mayo de 2019

Tras las elecciones generales

Ganó el PSOE, y, en conjunto, las izquierdas han obtenido más escaños que las derechas. Me temo que mucho más no se puede decir. El PSOE, gracias a la ley de Hondt y a la escandalosa configuración de las circunscripciones, ha obtenido una gran mayoría de votos.

Tampoco hay que atribuirle más valor del que tiene. Venimos de un sistema bipartidista, que favorece la incultura política, porque la gente básicamente votaba siempre lo mismo, quedándose en casa cuando no estaba a gusto con los políticos de turno. La gente de izquierdas, entendiendo por tal los que votaban opciones socialistas, tenían una nueva opción desde hace mucho que seguía siendo de izquierda sin llegar a ser "comunista", que era una opción que salvo a un grupo de iniciados daba cierto "miedo" o "repeluz", izquierda unida, en la que convivían comunistas y no comunistas.

Como últimamente la gente estaba tan a disgusto con los políticos de turno han ido apareciendo nuevas opciones, tanto por la izquierda como por la derecha.  Incluso hubo intentos de ofrecer opciones transversales, pero no han cuajado, se han escorado hacia la derecha, como Ciudadanos, o hacia la izquierda, como Podemos. Incluso han reaparecido los nostálgicos del Antiguo Régimen, más cercanos al franquismo que a la moderna España democrática, y que han adoptado el nombre de VOX (que no es sigla, por mucho que ellos mismos hablen de sus "siglas").

Pienso que el triunfo de la "izquierda" es atribuible, en parte, al deseo de no volver a tener que sufrir a un partido hegemónico en el que no hay ningún control efectivo de la legalidad, especialmente del aspecto financiero: ni a nivel interno, en cuanto a sus fuentes de financiación, ni a nivel institucional, en cuanto a la persecución de las prácticas corruptas. Un partido que se aferra a la apariencia y se niega a rectificar y condenar las malas prácticas pasadas.

Una gran mayoría de los actuales dirigentes del PP convivió con las prácticas corruptas y con los corruptos, y eso no puede ser. O bien no se dieron cuenta, y en ese caso deberían ser relevados, pues no es de recibo que compartas mantel con quienes usan y abusan de las malas prácticas y ni te des cuenta, o peor, que dándote cuenta no lo denuncies. Según nuestro código penal, que coincide además con la percepción del sentido común, quien tiene noticia de un delito está obligado a denunciarlo. Recordemos que fueron los hijos de Maddoff los que denunciaron al padre cuando tuvieron noticia de sus malas prácticas.

Pienso que en país occidental, con una economía capitalista y en el que tienen su hogar grandes compañías multinacionales ningún partido con vocación mayoritaria puede ser "radicalmente" de izquierdas. No se puede gobernar contra los poderes fácticos, por muchos votos que tengas, si no tienes un enorme respaldo popular. Y el PSOE no lo tiene. Ni siquiera lo tiene juntándose con los votantes de las demás opciones de izquierdas. Las actuales inercias económicas: el sistema de financiación, el entorno internacional, la actual legislación, la estructura del estado, todo ello favorece al sistema económico-social capitalista, e impide implantar medidas radicalmente de izquierdas. Con lo que el peligro de no poder conservar el poder durante un período suficientemente largo como para poder implantar con éxito medidas y políticas "de izquierdas", es decir, poner coto a la voracidad de los apetitos capitalistas, es grande. Y la tentación de ni intentarlo, por miedo a despertar a los poderes fácticos y su potencial financiero-económico para corromper el sistema, y por tanto perder el poder político, es grande.

Mientras sigamos con la actual ley electoral, con las circunscripciones dispares, con la ley de Hondt para el reparto de escaños, la cosa no va a tener remedio. Pero no es sólo eso. Mientras no tengamos un estado que persiga activamente la corrupción, la cosa no va a tener remedio. Y mientras los ciudadanos pensemos que el estado no somos nosotros, que el poder y la soberanía no está en nuestras manos, sino en las de la administración, la cosa no tendrá remedio. Es absurdo pensar que la administración del estado, por si sola, puede perseguir la corrupción de la administración del estado. Sólo la participación y control ciudadanos pueden poner coto a la corrupción de la administración del estado por parte de los poderes económico-financieros, es decir, los poderes fácticos.

Hay muchas cosas absurdas y malsanas en el actual sistema económico-financiero, y cambiarlas requiere tiempo y consenso. E inteligencia. Y no la inteligencia de unos pocos, sino la inteligencia colectiva, la inteligencia ciudadana. Y la inteligencia hay que alimentarla. Hay que alimentarla con cultura y con tiempo. Tiempo para informarse y para educarse. Necesitamos tiempo, no sólo para trabajar y para descansar, también para alimentar la inteligencia que nos permita participar de forma inteligente. Que nos permita participar más allá de acudir un domingo cada cierto tiempo para dar un cheque en blanco a diputados y concejales de nuestra confianza. Hemos dejado muchas decisiones a los políticos que, una vez muerto el dictador y adoptado el sistema democrático, no hemos recuperado.

Y va siendo hora de que los recuperemos. No porque una vez los tuviéramos, o no, durante un régimen anterior. No es cuestión de idealizar la segunda república. Se trata de recuperar para la ciudadanía el control de sus propios asuntos. Es un tema de democracia. En los países de nuestro entorno, cada ciudadanía fue recuperando sus asuntos a su manera, y tiene sus propias formas de gestionar el control de los mismos. Algunos prescindieron de sus monarquías, otras las conservaron. Unos consultan a sus ciudadanos con más frecuencia que otros. Unos gestionan los asuntos ciudadanos de una forma y otros de otra. De todos ellos podemos aprender, porque una de las características de las actuales democracias es su autocrítica y su autoevaluación. En sus universidades podemos encontrar mucha documentación e información.

2 de febrero de 2019

huelga de taxis en Madrid, II

Y sigue la huelga en Madrid. Imagino que el señor Sanz (que en su momento al parecer solicitó, y no consiguió, nada menos que 5.000 licencias de VTC) tiene medios suficientes para aguantar la huelga alguna semana o semanas más, pero dudo mucho que muchos taxistas autónomos de a pie, de los que tienen una licencia a su nombre y nada más, amén de una hipoteca por el préstamo para pagar la licencia, o los quue ni siquiera tienen una licencia a su nombre, pero pagan en negro un "alquiler" al flotero y/o al taxista que sí la tiene, tengan fuelle para aguantar. Preveo que en algún momento la huelga acabará en falso, cuando estos autónomos de a pie se rebelen, viendo que no se va a conseguir nada.

Porque parte de lo que piden, y por lo que más pelean en los medios, es imposible. Si la tecnología permite ahorrar viajes, no puedes pretender que vuelvan vacíos a la base antes de volver a salir, es antieconómico y antiecológico. Y este último argumento es decisivo en una gran ciudad, que sufre los efectos de la contaminación causada por el tráfico rodado. Y lo mismo pasa con los tiempos de contratación. No los puedes limitar físicamente. Sí los puedes regular: puedes imponer una tarifa mínima "disuasoria", por ejemplo. Nos vendieron Uber como una plataforma colaborativa, y ha acabado convirtiéndose en una plataforma para determinados empresarios con pocos escrúpulos, que han aprovechado muchas carencias regulatorias, y eso no tiene justificación de cara al usuario y al ciudadano, taxista o no.

Por otra parte, invocar la ley cuando estás aprovechándote de la falta de regulación (en la transmisión de las licencias, que no está sujeta al impuesto de transmisiones, y por tanto no se declara, por ejemplo), o de la falta de control (en el "alquiler de licencias" a floteros, cuando es ilegal), o de una circunstancia histórica anómala (como las licencias vitalicias, cuando lo lógico sería que tuvieran una duración de varios años, renovable hasta la jubilación, el fallecimiento o el cambio de actividad del titular de la licencia) y todo ello es conocido del público, es cuanto menos chocante.

Tengo una propuesta:

I. Tómese un "jurado" compuesto por un catedrático de derecho administrativo, un abogado laboralista, un economista experto en nuevas tecnologías, un ingeniero experto en temas de tráfico urbano, un representante autorizado de una organización de consumidores, un inspector de Hacienda, un funcionario-técnico municipal madrileño que lleve el tema del tráfico urbano y otro barcelonés. Proporcióneseles una relación nominativa de todas las licencias de taxi y de VTC en vigor, tanto en Madrid como en Barcelona, así como de los conductores asignados a cada licencia de taxi y de los conductores de VTC habilitados en Madrid y en Barcelona. Y para moderar, un juez de primera instancia jubilado y que no tenga ninguna relación, familiar, económica o financiera (es decir, no sea accionista o partícipe de una empresa relacionada con este sector) con el mundo del taxi o los VTC, salvo como usuario de estos servicios.
II. Y enciérreselos en una sala de reuniones de un hotel y que no salgan de allí hasta que no nos presenten lo siguiente:
- una proposición de ley en materia de vehículos de transporte urbano de personas, todo lo extensa que sea necesario, pero lo más breve posible
- uno o varios modelos de organización de los vehículos de transporte urbano de personas que tenga en cuenta la realidad actual del taxi y las VTC y las correspondientes ordenanzas, con las disposiciones transitorias suficientes para atender las justas reivindicaciones de todas las partes: los taxistas, los conductores de VTC y los ciudadanos. Entendiendo que los empresarios no pueden exigir la defensa de sus intereses, porque se trata de un servicio público. Si no son capaces de armonizar sus legítimos intereses empresariales con la realidad de un servicio público, que busquen otro sector.

26 de enero de 2019

huelga de taxis en Madrid

El pasado fin de semana estuve nuevamente en Madrid, y me quedé dos días más, aprovechando que el martes era festivo en Valencia. Teníamos entradas para ver una exposición en el centro, y al final no fuimos, por la huelga de taxis. Para las personas con problemas de movilidad o de equilibrio el taxi casi es imprescindible, porque cualquier frenazo del autobús o del metro puede suponer una caída, y llegada cierta edad, las caídas suelen tener consecuencias de larga duración.

Hace unos días, de vuelta en Valencia, me tocó coger un taxi. Suelo usar el autobús o el metro, pero en alguna ocasión cojo el taxi cuando ando con prisas y no es hora punta. Esta vez el taxista era un autónomo y titular de la licencia del taxi, y estuvimos charlando sobre el tema de la huelga en Madrid y la vida del taxista en general. Mi interlocutor me contó un tema que desconocía totalmente: el de los "floteros". Me comentaba que el tema es conocido, tanto por Hacienda, por su relevancia fiscal en cuanto a economía sumergida (los 500 euros mensuales que se embolsa más de un taxista jubilado y las ganancias astronómicas del arrendatario de la licencia, que suele contratar por cuatro o cinco horas a "un paquistaní" y luego lo tiene circulando doce o trece horas, embolsándose cada día pingües beneficios por cada uno de los vehículos de su flota, vehículos que no son de su propiedad por lo general), como por la Seguridad Social. Al escucharlo entendí, por fin, la razón del estado cochambroso de algún taxi conducido por un asalariado extranjero (no recuerdo si paquistaní, podía haber sido marroquí o sirio).

En las noticias los medios no se molestan en responder a las preguntas que nos hacemos los usuarios y es ¿quiénes están negociando con la administración?  ¿Qué intereses defienden realmente? Y cuando leo en la hemeroteca que el actual presidente de una asociación del taxi madrileña, y también de una federación nacional, hace unos años intentó adquirir 5000 licencias VTC, me pregunto con más interés todavía qué intereses defiende. La transición me pilló en la universidad, y mi experiencia de las asambleas masivas en las que se toman decisiones sobre huelgas, etc. es la de haber sido testigo directo de cómo manipular a las masas: lecciones prácticas de demagogia. Entiendo que hay mucha rabia por parte de diversos colectivos. Y cuando he leído ahora quiénes están detrás de muchas flotas de Cabify o Uber, y los dineros que mueven, se entiende. Parece que es la filosofía del flotero, pero con contratos y por lo legal, escapando a la legislación del taxi.

No sé si los detalles que me comentaba el taxista eran exactos, aunque recuerdo uno de mis primeros y escasos juicios laborales, en los que un empresario de origen extranjero contrataba a marroquíes por cuatro horas en su fábrica y los tenía más de ocho horas trabajando, de forma sistemática. El negocio lo tenía a nombre de su cónyuge, extranjera comunitaria, que apenas dominaba el castellano y podía saber o no saber cómo llevaba su marido el negocio. Y de eso hace más de veinte años. Luego una amiga del barrio, años más tarde, me comentó parecidas prácticas en su trabajo. En este caso todos eran valencianos: la empresa y mi amiga. La que no era valenciana era la sucesora en el puesto de mi amiga: una colombiana a la que pagaba bastante menos que a mi amiga, por su mismo trabajo. A mi amiga le redujo la jornada laboral a diez horas semanales, distribuidas a lo largo de cinco días, pese a que el lugar de trabajo estaba en el pueblo de al lado y el camino le llevaba más de media hora.

Tras mi conversación con el taxista autónomo valenciano miré en Internet y ví que el tema de los floteros es general. Pero el único sitio en donde la administración y la justicia intervino fue hace unos cinco años, en Canarias. Parece que allí fue especialmente escandaloso. El flotero, básicamente, es una persona que interviene como "administrador" entre el titular de la licencia, jubilado o no, y el conductor, al que por lo visto en ocasiones contrata directamente y en ocasiones negocia una especie de contrato de servicios por el que le cobra una cantidad diaria. Esto lo hace a escala industrial, es decir, no se trata de una sola intermediación, sino de la intermediación a pequeña, mediana o incluso gran escala. En Canarias seguramente fue a gran escala, en otras ciudades seguramente serán varios a diversa escala.

Y finalmente miré cual es el régimen legal en Valencia, mi ciudad. El reglamento está colgado en la web del ayuntamiento. A medida que iba leyendo empezaba a alucinar, porque muchas de las cosas que me había comentado el taxista autónomo, y que por mi propia experiencia como usuaria sé que son verdad o se le parecen mucho, son claramente "ilegales". Está taxativamente prohibido contratar "por horas", los conductores deben ser contratados en régimen de dedicación exclusiva, lo cual es incompatible con un contrato por horas. Luego ví el régimen sancionador, y resultó que aún estaba en pesetas. Así que ya me fui al final, a ver la fecha, y ¡es de 1984! Es decir, hemos tenido a una alcaldesa super-hiper-populista del PP entre 1991 y 2015, y en todo ese tiempo, ¡ni siquiera se actualizó el Reglamento para adaptarlo a la nueva moneda! No digamos ya el adaptarlo a las nuevas circunstancias: Internet, telefonía móvil, aplicaciones móviles, etc.

Recuerdo que para las sociedades mercantiles hubo un período transitorio en el que TODAS debían adaptar sus estatutos a la nueva moneda. Es decir, TODAS pasaron por el Registro Mercantil para adaptar su capital social, etc. a la nueva moneda. Parece que para los municipios y para la propia administración no regía el mismo principio.

En todo caso, el actual reglamento del taxi de Valencia no se cumple, y me pregunto por qué. Si tenemos una policía local, no digo ya los políticos novatos, como los del actual ayuntamiento, pero la policía local es una policia profesional, y su obligación es la de hacer cumplir la legislación municipal, y no sólo mantener la seguridad física de los ciudadanos. No se trata sólo de detener a atracadores y maleantes, o de perseguir a los manteros que intentan ganarse la vida en un medio hostil con medios irregulares, al final la economía sumergida, especialmente la de altos vuelos como es la practicada por los floteros, es una agresión directa a la ciudadanía. Por una parte están los explotados con mayor o menor dureza, y por otra parte están los ingresos que no tributan y que muchas veces se reinvierten en nuevas formas de explotación.