17 de diciembre de 2007

co-responsabilidad moral

Hoy al mediodía escuché en el noticiero el último parte sobre los accidentes en carretera del fin de semana. Entre ellos uno espeluznante: un conductor borracho que arrolló a cinco peatones que se encontraban en una acera, charlando. Uno de los peatones murió, teniendo tiempo de empujar a su mujer fuera de la trayectoria del coche, si bien ésta también está grave.

Lo más gordo es que por la mañana, en un control de alcoholemia, le habían retirado el coche al conductor. Pero luego un "familiar" recuperó el coche, de modo que por la tarde, con una tasa de alcohol en sangre muy superior a la detectada por la mañana, el hombre pudo volver a convertirse en un peligro público, pasando de la categoría de homicida en potencia a homicida.

No sé si se podrá perseguir penalmente al familiar que "recuperó" el arma homicida para el susodicho. Pero, si yo fuera víctima o pariente de una víctima, no me bastaría que cargara con el remordimiento. Pediría un "correctivo". No sé de qué clase. Quizá que compartiera el pago de la indemnización que sin duda habrá de pagar el homicida.

Creo que lo mismo va a empezar a pasar con los excesos de velocidad. Si un coche es un arma en potencia, mientras no se demuestre lo contrario, el titular o dueño del coche es quien ha de afrontar la responsabilidad del mal uso del coche: eso de alegar que la policía no puede demostrar quién lo conducía para librarse del castigo no deja de ser una triquiñuela de picapleitos y leguleyos: el propietario es el responsable de mirar a quién cede el uso del coche, y si realmente lo ha cedido a una persona incompetente, pues que pague por ello. Ya se cuidará muy mucho de volverlo a "prestar". Además, la mayoría de las veces el supuesto "préstamo" no es más que una artimaña para evitar la multa. Al igual que los padres han de afrontar el pago de los daños causados por un menor, el dueño del vehículo ha de afrontar los daños causados con su propiedad.

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