13 de octubre de 2008

business as usual

Alucinadita estoy.

En crisis energética he participado en sesudos debates .... y muchos de ellos sobre temas de macroeconomía. Y lo que está pasando ahora me tiene alucinada. Esta mañana escuché, creo que a Zapatero, diciendo que para que funcionaran las empresas, los empleos, (en suma: el día a día de los españolitos) era preciso infundir confianza en el sistema bancario, para lo cual el estado debía respaldar ahora la nueva deuda de los bancos.

Pero, ¡si la banca es la única que lleva ganando desde hace tiempo! Bueno, la banca y la bolsa, pero al final sin banca no hay bolsa, y en la bolsa ganan los jugadores de primera de la banca, tanto gestores como clientes privilegiados.

No hay día en que no se descubran nuevos agujeros en los gigantes bancarios, aparentemente sólidos. Hay algo que no cuadra. Y lo que no cuadra son los agujeros por un lado y las macroganancias por otro. Igual es que el sistema está mal diseñado, pero a propósito.

Hoy Javier Ortiz volvía a comentar la desvergüenza de los gestores. Tras recibir garantía de inyección de fondos públicos, les falta el tiempo para festejar, con el típico lujo asiático de los emperadores romanos más deleznables, la buena noticia.

A mí lo que me alucina es que nadie quiera cuestionar en público en los grandes foros el mito del crecimiento y el desarrollo. Está claro que más servicios y más productos no van a ser consumidos/absorbidos por quienes carecen hasta de los más elementales y necesarios. Ellos son los únicos que necesitan desarrollarse y crecer. El resto no. El resto necesitamos conservar la salud física y mental, encontrar un sentido a nuestras vidas, y poco más. Que no es poco, por otro lado.



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