Los gobiernos y la UE han permitido que la banca y las empresas hayan jugado con las viviendas como antaño hicieron los especuladores con los tulipanes, allá por el siglo XVII. Con la diferencia de que los tulipanes eran objetos decorativos y sin otra finalidad. Mientras que las viviendas satisfacen una necesidad primaria, como es el techo, y en nuestras sociedades avanzadas, un hogar.
Cuando ya apenas quedaba ningún otro bien de primera necesidad, los buitres se fijaron en las viviendas. Hacía tiempo ya que habían descubierto el punto débil de las democracias avanzadas: la protección del pequeño consumidor. De modo que había que incluir al pequeño y mediano ciudadano de a pie en el negocio especulativo de la vivienda, como antes se le había incorporado al negocio bursátil. Se le invitaba a participar del festín a través de fondos de todo tipo, desde pensiones hasta de alto riesgo, o bonos, o participaciones o incluso inversiones directas. Con la excusa de que no se puede dejar caer al pequeño inversor los grandes actores financieros jugaban alegremente en el gran casino de la bolsa, sabedores de que en caso de quiebra los estados acudirían con sus haciendas públicas al rescate. Emitiendo deuda pública que es adquirida por los buitres ganadores en el casino. Todo queda en casa.
Volviendo a la vivienda. Cuando ya las burbujas inmobiliarias y el gran negocio de la construcción de viviendas residenciales estaba a punto de petar, ha aparecido un nuevo nicho de negocio: Sacar viviendas del parque residencial para dedicarlas a la industria del ocio (turismo) y "trocear" los activos bancarios correspondientes a las hipotecas para lucrarse con los despojos del estallido de la burbuja inmobiliaria.
Ha aparecido una nueva industria: la gestión de viviendas procedentes del parque residencial y comercial reacondicionadas en turísticas. No es que los arrendadores ahora se dediquen al negocio turístico. Se han reconvertido en rentistas, que obtienen sus rentas de una actividad industrial: la gestión de las viviendas turísticas por parte de grandes, medianos y pequeños operadores.
Sólo en Valencia han aparecido en unos pocos años media docena de los grandes, a los que hay que sumar despachos de abogados, agentes inmobiliarios o profesionales de la obra dedicados a esta industria, amén de los listillos de siempre, que aprovechan el momento para hacer su agosto personal:
GuestReady (su web. NO INCLUYE AVISO LEGAL)
Ofrece una gestión integral de alquileres turísticos en Valencia, incluyendo fotografía profesional, optimización de precios, check-in, limpieza y mantenimiento. Su comisión se basa en un porcentaje de los ingresos por alquiler.ValenciaGuest (su web / empresa según Aviso Legal)
Especializados en la gestión de inmuebles en alquiler vacacional, garantizan la máxima rentabilidad de la inversión sin preocupaciones para los propietarios. Ofrecen servicios como estrategias de venta, gestión de ingresos, check-in y mantenimiento.Weguest (su web / empresa según Aviso Legal; un consejero)
Proporciona servicios de gestión para pisos y apartamentos turísticos en Valencia, incluyendo atención al cliente, limpieza y mantenimiento.Nestify (su web, NO INCLUYE AVISO LEGAL)
Se encargan de gestionar propiedades en plataformas como Airbnb, ofreciendo servicios de optimización de ingresos, mantenimiento y atención al huésped.Freehost Valencia (su web / empresa según Aviso Legal)
Ofrecen gestión de alquileres vacacionales, incluyendo entrega de llaves, tours de la vivienda y soporte 24/7 para huéspedes.Homenfun (su web / empresa según Aviso Legal)
Especialistas en gestión integral de alojamientos turísticos, prometen más reservas, menos preocupaciones y mayores beneficios para las propiedades vacacionales.
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