Hace un rato he leído en la prensa local (internet) un artículo sobre asaltos en chalets, en el que se comentan los recursos destinados a combatir los delitos. No sé si esas partidas dependen de los presupuestos generales, o es el gobierno local quien los administra. En todo caso, es absurdo ahorrar en materiales cuando la delincuencia claramente invierte una gran parte de recursos en sus actividades criminales.
Copio los párrafos que me han llamado la atención:
..... Tras el asalto, comienza el trabajo de la policía judicial, la sección de la Benemérita que investiga los delitos. Sin embargo, la asociación mayoritaria de guardias civiles (AUGC) denunció ayer que no hay medios. «Somos pocos y con escaso material», explicó José Rausell, secretario general de la organización en Valencia.
«No tenemos suficientes vehículos camuflados, los sistemas de trasmisiones fallan y la policía judicial tiene que usar sus propios móviles y sus coches en trabajos de vigilancia y seguimiento», denunció Rausell.
Después de la consecución de un delito, la policía judicial interroga a los posibles testigos, toma huellas y cuando hay un posible autor de los hechos, comienza la tarea de vigilancia. «Los vehículos deben cambiarse, como máximo, en dos meses para que los delincuentes no los identifiquen. Además, necesitamos al menos tres coches para no ir siempre con el mismo vehículo. Nos identificaríamos enseguida y echaríamos a perder todo el trabajo hecho».
En cuanto a las trasmisiones, los sistemas que utilizan muchos agentes son «walkies antiguos, demasiado grandes y hasta con antena. Son muy anticuados y poco efectivos. Por eso prefieren su móvil particular».
Y es que el perfil del delincuente que asalta en un chalé es distinto al de hace años. «Ahora son bandas organizadas que se dedican a robar además de traficar con cocaína y otros delitos. Están muy preparados y tienen hasta sistemas de contravigilancia», explicó el delegado de la organización.
Rausell criticó que los guardias civiles tengan que utilizar sus propios medios porque el complemento de productividad que cobran depende de que el trabajo salga bien. «La mayoría de veces los delitos se resuelven por el especial empeño que ponen los agentes, no por sus medios, y tiran de coche y de móvil propio».
Y sin horarios. Los agentes uniformados tienen un máximo de 160 horas mensuales, un tope que desaparece en la policía judicial. «¿Y cómo se va a ir una persona que está vigilando a un delincuente que está cenando y sabe que después va a entregar una mercancía?. Sólo se paga por el trabajo resuelto», comentó.
Tras reivindicar en los últimos años más efectivos para aumentar la vigilancia y evitar los delitos, este año por fin han llegado más refuerzos, pero no a todas las secciones de la Guardia Civil. «Hay más personal patrullando, pero no se ha incrementado el número de efectivos que se dedican a la investigación de delitos. Sí, han mandado personal, pero sin preparación, lo que va en detrimento de la resolución de delitos», explicó el delegado de AUGC.
Sin Internet
Para dificultar todavía más el trabajo de los agentes de la Benemérita, en los cuarteles han quitado además el acceso a Internet. «Podemos acceder a la intranet de la Guardia Civil, donde están conectados todos los puestos, pero no a una web cualquiera. Y eso nos resta mucha efectividad, porque no podemos buscar datos sobre una persona que pudiera estar en una página web».
Fuente: Las Provincias
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