Si el crecimiento es la única salida que pueden visualizar economistas y políticos en un mundo finito vamos aviados. Vivimos en un sistema socioeconómico dedicado a producir basura. Basura que entre la fábrica y el vertedero permanece un tiempo más o menos largo entre nosotros y cumple algún cometido más o menos útil o necesario. Basura que viene empaquetada en basura costosa de producir en cuanto a diseño, materiales y que apenas dura un tiempo en las estanterías en las que se vende la basura que lleva dentro, porque apenas lo compramos y llegamos a casa, marcha directamente a la basura. Envoltorios y envases de diseño - de la estantería a la basura.
Un sistema anclado en la producción de basura, como es nuestro sistema económico en el Primer Mundo, se está acercando a los límites impuestos por la naturaleza. Los otros límites, los sociales, ya hace tiempo que se han rebasado, con las consecuencias que no quieren que veamos, pero que allí están. La miseria de los países productores (exportadores) de materias primas, miseria que se ve en la corrupción de sus gobernantes, en la desnutrición y las guerras de sus pueblos y la emigración masiva de sus jóvenes más fuertes y capaces es una de las consecuencias. El haber convertido el Tercer Mundo en el vertedero de la basura más tóxica es otra. La existencia de verdaderos campos de concentración dedicados a la producción industrial bajo supervisión occidental en los países asiáticos es otra. La esclavitud de la población agraria del Tercer Mundo es otra.
Además de inmoral, suicida. Estamos en un punto de no modificaciones o retornos. Tiene que aparecer un nuevo mundo o nos condenamos al desastre.
ResponderEliminarExcelente blog.
Saludos