23 de agosto de 2011

el 15 M y la marca España

Hace un tiempo ya abrí una página en facebook para la a. de vv. de mi barrio, para lo cual tuve que activar mi perfil. Un perfil que había abierto hace tiempo a invitación de unos ciberamigos, pero que luego cerré. Ahora, al abrir la página, recuperé el contacto con algunos de aquellos ciberamigos, algunos de los cuales ya habían pasado al status de lo que otro ciberamigo llama "paravirtual". 

A los que, como en la a. de vv. y en muchos otros sitios, llevamos mucho tiempo metidos en batallitas por un mundo mejor, lo del 15 M nos pareció esperanzador. Mucha gente sencilla, a la que simplemente no llegamos porque no tenemos recursos para salir en la tele, de repente se animaba y salía a la calle. No sólo jóvenes, aunque fueran jóvenes los que tomaron las principales plazas de las ciudades. A las plazas se acercó también mucha gente que, como nosotros, lleva tiempo metida en sus pequeñas batallas. Pequeñas por el número de gente implicada, no por la tarea acometida. Algunas de las personas que se acercaron lo hicieron de buena fe, para sumar. Otras fueron con intenciones de llevar a las ovejas a su redil. Parece que está habiendo mucha mar de fondo, especialmente en la arena virtual, en facebook, por ejempo, hay mucha desconfianza - alguna basada en la ignorancia, y otra en anteriores malas experiencias.

Seguramente ha sido el tratamiento mediático el que ha contribuido a crear dos grandes marcas: la marca 15 M y la marca Indignados. La marca Indignados está un poco más devaluada, seguramente porque se está intentando, desde muchos medios, asociar ciertos fenómenos de violencia callejera con las personas que han hecho suya la calle como escenario para expresar su indignación. De momento no lo están consiguiendo, porque la gente que se lanza a la calle ha aprendido bien la lección de la no-violencia. Incluso a pesar de los intentos de provocarlos, cargando contra ellos como si fueran miembros de la kale borroka. Aunque para kale borroka, váyanse a mirar lo que pasa a la salida de los estadios tras algún partido del Barça, del Real Madrid, o del Valencia (que es el que mejor conozco). Eso sí es kale borroka.

Además, la gente que responde a las convocatorias desde las marcas 15 M o Indignados, no es sólo gente joven. Hay mucha gente mayor, muchas madres y abuelas de jóvenes indignados, también algunos padres y abuelos. Lo que descoloca también a la policía. Arremeter contra un grupo de jóvenes es una cosa, pero cuando hay mujeres y hombres maduros, incluso mayores o ancianos, es otra cosa. Incluso cuando éstos arremeten verbalmente contra los policías. Los tiempos han cambiado, y no son sólo los jóvenes los que no reconocen la autoridad per se, y desde luego un uniforme ya no inspira ningún respeto: especialmente los mayores tienen aún muy fresco el rencor contra la policía y aprovecha la "libertad de expresión" para dar rienda suelta al mismo, al menos verbalmente. Y desgraciadamente parece que tampoco la policía ha aprendido la lección primera de la democracia: el respeto al ciudadano. Tratan a los ciudadanos como presuntos delincuentes, y reclaman una autoridad que no se han ganado, porque la del uniforme, como ellos desearían, ya no sirve. No en una democracia. 

El 15 M o Indignados son marcas especiales, intangibles, como lo es la marca España. Nadie es propietario de la marca España, nadie puede cobrar derechos por usarla (que sepamos, vamos, porque vivimos en un mundo lleno de sorpresas para el ciudadano de a pie). La marca España funciona gracias a millones de ciudadanos, empresas, entidades, instituciones, etc. Somos nosotros, también, los que la construimos. Algo parecido funciona con la marca 15 M. Hay gente, colectivos, que intentan desmarcarse, otros apropiarse, unos se pelean con otros, pero eso no está llegando a la calle. Lo que llega a la calle es lo que sale en la tele, de momento. La pregunta es ¿qué está saliendo en la tele? ¿Qué no está saliendo? La marca 15 M tiene mucho en común con el lema de Obama del "yes we can". Un lema que se ha evaporado. ¿Se evaporará también el 15 M? ¿Se quedará en un fenómeno pasajero?

Democracia Real Ya ha tenido un recorrido más corto como marca. Demasiado sofisticada. Hace falta una cierta cultura política para reivindicar la democracia. Hoy día, a nivel de calle, salvo para gente con una cultura de izquierdas, la democracia es poco más que "el actual sistema en el que vivimos".  Reivindicar más democracia, más participación, no engancha, a no ser que detrás vaya toda una pedagogía. Cosa que no sucedió. Seguramente porque quienes promovieron la marca no vienen de una tradición de izquierdas. No se han dado cuenta de que no tiene sentido reclamar democracia para quien cree que ya la tenemos, y para colmo no le gusta. Por eso hablan tan poco de democracia y tanto de elecciones. Esa es la cara fea de las marcas: cuando el publicista no vende el producto, sino que construye un producto virtual a la medida del comprador, sus deseos y sus vísceras. De allí viene el "no les votes", la defensa del apoliticismo, la descalificación globalizada de la política y los políticos, etc.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con tus reflexiones, pero pienso que el personal ya se está dando cuenta que lo llaman democracia y no lo es, la reforma de la constitución fue la gota que colmó el vaso. No crees?

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  2. Sí, yo también lo creo. Sólo me preguntaba por cuánto tiempo duraría "la marca". Creo que una de las cosas buenas es que está sacando a la gente a la calle, a mucha gente mayor, muy mayor y no tan mayor, que se había acostumbrado ya a soportar en silencio una tropelía tras otra.

    Y también está sacando a la calle a otra gente, dispuesta a solidarizarse activamente y prestar su apoyo visible a los anteriores. Gente que hacía tiempo que ya no se sentía representada por los "representantes orgánicos", tanto políticos como sindicales.

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