Hoy los compromisarios elegirán al presidente o presidenta del PP. Compromisarios que hemos visto que apenas se representan más que a sí mismos, después de que los ochocientos y pico militantes del PP resultaron no llegar ni a 100.000 (que hubieran pagado las cuotas, con lo cual, a ver cómo se justifican los ingresos por cuotas)
Santamaría no me cae bien, pienso que vive en su burbuja de bienestar, ignorante e indiferente a cómo lo pasan muchos de sus compatriotas, víctimas de las políticas de recorte del PP. Rajoy se vanagloria de haber sacado al país de la crisis: sumiendo en la miseria a un gran número de paisanos, explotando a un número aún mayor, y favoreciendo el aumento de riquezas de los más ricos y un aumento de los más ricos a costa de los más pobres. No acabo de verle el mérito.
Casado aún me cae peor: el misterio de su licenciatura está por aclarar, cómo pudo convalidar tantas asignaturas, y cómo pudo sacar más de media carrera en un año cuando necesitó siete para la primera mitad. Y cuando durante ese año no es que estuviera enclaustrado estudiando,sino que tuvo cargos de responsabilidad en (o para) su partido bien remunerados.
Me puedo imaginar a Santamaría como presidenta, no me gusta, pero puedo imaginarla. A Casado no puedo ni imaginarlo. Sin experiencia de gestión, con un pasado académico dudoso (con sospechas de fraude), con una prepotencia machista, haciendo apología de los franquistas, minimizando u obviando el terrorismo machista que atraviesa el país, con más de mil mujeres asesinadas en menos de veinte años, con jueces que siguen dejando libres y sin vigilancia, como ayer mismo.
Pero me temo lo peor. Aquí en la Comunidad Valenciana han estado votando al PP durante lustros, aun conociéndose diversos escándalos y mentiras. Y la oposición sigue denunciando alegremente presuntas tropelías de los equipos de gobierno actuales, esas mismas tropelías, y no precisamente presuntas, que ellos cometieron y cometían a diario.
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